En caso de exposición al sol, es muy importante proteger la piel con tratamientos solares para el cuerpo. Dotados de un SPF 15, SPF 30 o SPF 50+, actúan como un escudo y previenen los efectos nocivos del sol y de sus rayos, auténticos aceleradores del envejecimiento cutáneo. Esta protección también influirá sobre la homogeneidad de la piel, retardando la aparición de manchas pigmentarias, causadas tanto por el paso del tiempo como por la exposición al sol.
Antes de la exposición, aplica tu tratamiento solar para el cuerpo, sin olvidar las zonas que no suelen protegerse: nuca, parte posterior de las rodillas, pies… Y repite la aplicación de la crema cada dos horas durante la exposición. Luego, elimina los residuos de crema en la ducha y aplica un after sun como Super Soin After-Sun Care, diseñado para calmar, rehidratar y refrescar la piel inmediatamente después de la exposición al sol. Su fórmula con propiedades hidratantes y reparadoras alivia, nutre y suaviza la epidermis, a la vez que sublima el bronceado.