Nada mejor que un iluminador para aumentar la luminosidad de la piel. Concentrado de luz, el iluminador se aplica en las zonas prominentes del rostro, el puente de la nariz y el arco de Cupido. Así, brinda a la piel un efecto radiante instantáneo y una luminosidad incomparable. Es el broche final del maquillaje, que ilumina los rasgos y aporta un toque natural al conjunto.
El iluminador se aplica sobre la piel sin maquillar, después del tratamiento de día, o una vez terminado el maquillaje del rostro, es decir, después de la base de maquillaje, el bronceador y el rubor. Se puede aplicar deslizando sobre la piel con una brocha, o con los dedos, dando toques ligeros sobre la zona. Instant Éclat, por ejemplo, es una base perfeccionadora iluminadora y también un iluminador: puede aplicarse sola, antes de la base de maquillaje o después, para dar toques de luz e iluminar la piel al instante.