Un buqué singular
Izia, un guiño al nombre Isabelle en polaco, se revela en los trazos de una rosa de aroma volátil, con una gracia atemporal. Este buqué floral, todavía decorado por el rocío de la mañana, remonta vuelo en la cáscara resplandeciente de la bergamota de Calabria. Transportada por la vivacidad de los aldehídos, la rosa abraza a la peonía y al jazmín, refrescada por las notas verdes de la angélica. Una flor cincelada de resplandores diáfanos, con una base de almizcles aterciopelados, y coronada por una delicada sensualidad.