Colorete y bronceador
Texturas delicadas y ligeras efecto segunda piel, fórmulas de tratamiento, pigmentos y nácares difusores de luz... Tonos que se mezclan fácilmente y se funden en la piel para esculpir el rostro con total sutileza. La tez se ve realzada en cualquier estación. Dependiendo de la rutina, el blush o el bronceador se aplican después del tratamiento hidratante, el primer o la base de maquillaje.
Para un rostro efecto "buena cara", nada mejor que utilizar un buen colorete. Realza la tez al instante, sublima los pómulos y aporta frescor al maquillaje. Elige el tuyo en función del tono de piel: los rosas son más adecuados para las pieles con subtonos fríos y los corales para las de subtonos cálidos. El colorete se aplica después de la base de maquillaje y el bronceador, como toque final del maquillaje. En función de su textura, puede aplicarse con los dedos o con pincel.
Si se trata de un colorete en crema, como Phyto-Blush Twist, desliza la mina redonda sobre la parte prominente de la mejilla y disfumina con los dedos o con un pincel. Para lograr un efecto lifting, extiende sutilmente el colorete hacia las sienes. El colorete en polvo se aplica con la ayuda de un pincel, efectuando movimientos circulares o de alisado para sublimar los pómulos. Una vez aplicado el colorete, puedes añadir un toque de luz en la parte superior de los pómulos, el arco de cupido, el puente de la nariz y debajo de las cejas con un iluminador.