Los factores desencadenantes pueden tener diversos orígenes: químicos (agua estancada, contaminación, etc.), físicos (variaciones de temperatura, viento, sol, etc.), emocionales (estrés, ansiedad, etc.) y relacionados con el modo de vida (alimentación, tabaco, etc.). Dependen de cada persona.
Los signos de sensibilidad cutánea incluyen molestias como hormigueo, tirantez, picor y sensaciones de calor. A veces suelen acompañarse de rojeces. Las manifestaciones de la piel sensible generalmente solo se sienten, no siempre son visibles.